jueves, 1 de octubre de 2015

LOS HIDRÓGENOS Por: Ouspensky

LOS HIDRÓGENOS
Por: Ouspensky

¿QUÉ ES EL RAYO DE LA CREACIÓN?

Consideremos, entonces, el rayo de creación una vez creado el universo.

La acción del Absoluto sobre el mundo, sobre los mundos creados por él o dentro de él, continúa.

Asimismo, continúa la acción de cada uno de estos mundos sobre los mundos siguientes.

Todos los soles de la Vía Láctea influyen sobre nuestro sol.

El sol influye sobre los planetas.

Todos los planetas influyen sobre nuestra tierra y la tierra sobre la luna.

RADIACIONES:

Estas influencias son transmitidas por medio de radiaciones a través de los espacios estelares e interplanetarios.

Con el fin de estudiar estas radiaciones, tomemos el rayo de creación en forma abreviada:

LAS TRES OCTAVAS DE RADIACIÓN:

Absoluto-Sol-Tierra-Luna, o más precisamente, imaginemos el rayo de creación bajo la forma de tres octavas de radiaciones:

La primera octava entre el Absoluto y el Sol, la segunda octava entre el Sol y la Tierra, la tercera octava entre la Tierra y la Luna; y examinemos el pasaje de las radiaciones entre estos cuatro puntos fundamentales del Universo.

Tenemos que encontrar nuestro lugar y comprender nuestra función en este Universo, tomado bajo la forma de tres octavas de radiaciones entre cuatro puntos.

En la primera octava, el Absoluto incluye dos notas, do y si, separadas por un «intervalo».

Siguen las notas la, sol, fa, es decir:

Luego un «intervalo» y el «choque» que lo llena —desconocido para nosotros, pero cuya existencia, sin embargo, es inevitable— luego mi, re.

Las radiaciones alcanzan al sol.

En el sol mismo están incluidas dos notas, do, un intervalo, y si; luego siguen la, sol, fa; yendo las radiaciones hacia la tierra.

Luego un «intervalo.» y el «choque» de la vida orgánica que lo llena: luego mi y re.

La tierra: do, un «intervalo», si, y luego la, sol, fa — yendo las radiaciones hacia la luna; luego nuevamente un «intervalo», un «choque» desconocido para nosotros, luego mi, re y la luna, do.

Estas tres octavas de radiaciones, forma bajo la cual nos representaremos ahora el Universo, nos permitirán explicar la relación que tienen con nuestra propia vida las Materias y las Fuerzas de distintos planos del mundo.

Tengamos en cuenta que aunque hay seis «intervalos» en estas tres octavas, de hecho sólo tres de ellos necesitan ser llenados desde afuera.

El primer «intervalo» do-si lo llena la voluntad del Absoluto.

El segundo «intervalo» do-si lo llena la influencia de la masa del sol sobre las radiaciones que la atraviesan.

El tercer «intervalo» do-si lo llena la acción de la masa terrestre sobre las radiaciones que la atraviesan.

Sólo los «intervalos» entre fa y mi tienen que ser llenados por «choques adicionales».

Estos «choques adicionales» pueden venir ya sea de otras octavas que atraviesan el punto dado, o de octavas paralelas que salen de puntos superiores.

Nada sabemos acerca de la naturaleza del «choque» entre mi y fa en la primera octava Absoluto-Sol.

Pero en la octava Sol-Tierra el «choque» entre mi y fa es la vida orgánica sobre la Tierra, es decir, las tres notas, la, sol, fa, de la octava que comienza en el Sol.

La naturaleza del «choque» entre mi y fa en la octava Tierra-Luna también nos es desconocida.

Hay que tomar en cuenta que el término «un punto en el universo» que he usado, tiene un significado completamente preciso; un «punto» representa una cierta combinación de hidrógenos que opera en un lugar preciso y cumple una función igualmente precisa en tal o cual sistema.

HIDRÓGENO:

El concepto «punto» no puede ser reemplazado por el concepto «hidrógeno», porque el término «hidrógeno» significa simplemente: materia no limitada en el espacio.

Un punto siempre está limitado en el espacio.

Al mismo tiempo, un «punto del universo» puede designarse por el número del «hidrógeno» que predomina en él o que ocupa su centro.

FUERZA ACTIVA (CARBONO)

Si examinamos ahora la primera de estas tres octavas de radiaciones, es decir, la octava Absoluto-Sol, desde el punto de vista de la Ley del Tres, veremos que la nota do será la conductora de La Fuerza activa designada por el número 1, mientras que La Materia en la cual esta fuerza actúa será «CARBONO» (C).

La Fuerza «activa» que crea la nota do en el Absoluto representa la máxima frecuencia de vibraciones o la más grande densidad de vibraciones.

La expresión «densidad de vibraciones» corresponde a «frecuencia de vibraciones» y su sentido es opuesto al de «densidad de materia», es decir, que cuanto más densa es la materia, tanto menos densas son las vibraciones y viceversa.

De manera general, cuanto más sube la «densidad de vibraciones», tanto más baja la «densidad de materia».

La máxima «densidad de vibraciones» se encuentra en la materia más sutil, más enrarecida.

Y en la materia más densa concebible, las vibraciones se retardan y llegan casi a un punto muerto.

Por consiguiente, la materia más sutil corresponde a la máxima «densidad de vibraciones».

La fuerza activa en el Absoluto representa la máxima «densidad de vibraciones», mientras que la materia en la cual se efectúan estas vibraciones, es decir, el primer «CARBONO», representa la mínima «densidad de materia».

La nota si en el Absoluto será la conductora de la fuerza pasiva, designada con el número 2.

FUERZA PASIVA (OXÍGENO)

Y la materia en la cual esta fuerza pasiva actúa, o en la cual resuena la nota si, será «OXÍGENO» (O).

FUERZA NEUTRALIZANTE (NITRÓGENO)

La nota La, será la conductora de la fuerza neutralizante, designada por el número 3, y la materia en la cual resuena la nota la, será «NITRÓGENO» (N).

Según el orden de su acción, estas fuerzas se mantendrán en el orden de sucesión 1, 2, 3, es decir que corresponderán a las materias «carbono», «oxígeno» y «nitrógeno».

EL NITRÓGENO ES EL CONDUCTOR DE LA FUERZA NEUTRALIZANTE

Pero, según la densidad de su materia, quedarán en el orden: «carbono», «nitrógeno», «oxígeno», es decir, 1, 3, 2, porque el «nitrógeno», aunque conserve el número 3, por ser el conductor de la fuerza neutralizante, permanece por su densidad de materia entre el «carbono» y el «oxígeno», apareciendo este último como el más denso de los tres.

HIDRÓGENO

El «carbono», el «oxígeno» y el «nitrógeno» tomados en conjunto producirán una materia del cuarto orden, o «hidrógeno» (H), cuya densidad designaremos por el número 6 (como la suma de 1 más 2 y más 3) o sea H 6.

C, O y N retienen sus números 1, 2, 3.

El carbono es siempre 1, el oxígeno siempre 2, y el nitrógeno siempre 3.

Pero siendo más activo que el oxígeno, el nitrógeno entra en la próxima tríada como principio activo, y entra allí con la densidad 2.

En otras palabras, el nitrógeno tiene ahora una densidad 2 y el oxigeno una densidad 3.

De manera que la nota La, de la primera tríada es la conductora de la fuerza activa en la próxima triada, en la cual entra con la densidad 2.

Si el nuevo Carbono entra con la densidad 2, el Oxígeno y el Nitrógeno deben corresponder con él en sus densidades, reproduciendo la proporción de densidades de la primera tríada.

En la primera tríada la relación de densidades era 1, 2, 3; en la segunda tríada será 2, 4, 6, es decir, el carbono de la segunda tríada tendrá la densidad 2, el nitrógeno una densidad 4, el oxígeno una densidad 6.

Tomados en conjunto, darán el hidrógeno 12 (H 12):

2 más 4 más 6 = 12.

De acuerdo con el mismo esquema, la siguiente tríada será constituida: fa, «choque», mi.

El nitrógeno de la segunda tríada entrará en la tercera como carbono con la densidad 4.

El nitrógeno y el oxígeno que le corresponden deberán tener las densidades 8 y 12; juntos darán el hidrógeno 24 (H 24).

4 más 8 más 12= 24.

La siguiente tríada mi, re, do, según el mismo esquema, dará hidrógeno 48 (H 48).

La tríada do, si, la, dará el hidrógeno 96 (H 96).

La tríada la, sol, fa - el hidrógeno 192 (H 192).

Fa, «choque», mi — hidrógeno 384 (H 384).

Mi, re, do - hidrógeno 768 (H 768)

Do, si, la— hidrógeno 1.536 (H 1.536).

La, sol, fa - hidrógeno 3.072 (H 3.072).

Fa, «choque», mi— hidrógeno 6.144 (H 6.144).

Mi, re, do- hidrógeno 12.288 (H 12.288).

Así se obtienen doce Hidrógenos con densidades escalonadas de 6 a 12.288.

Estos doce hidrógenos representan doce categorías de materias, que se escalonan en el universo desde el Absoluto hasta la Luna, y si fuera posible establecer con exactitud cuál de estos hidrógenos constituye el organismo humano y actúa en él, tan sólo esto determinaría el lugar que ocupa el hombre en el mundo.

Pero en el lugar donde estamos situados, dentro de los límites de nuestro poderes y capacidades ordinarias, el hidrógeno 6 es irreducible; por lo tanto podemos tomarlo como hidrógeno 1; el siguiente hidrógeno 12 puede ser considerado como hidrógeno 6.

Si dividimos entre 2 todos los hidrógenos que siguen, obtenemos una escala que va desde el hidrógeno 1 hasta el hidrógeno 6.144

Sin embargo, el hidrógeno 6 es todavía irreducible para nosotros.

Por lo tanto, podemos tomarlo a su vez como hidrógeno 1, tomar el siguiente hidrógeno como hidrógeno 6 y nuevamente dividir entre 2 todos los siguientes.

Los grados obtenidos en esta forma, desde 1 hasta 3.072, pueden servirnos para el estudio del hombre.

Todas las materias, desde el hidrógeno 6 hasta el hidrógeno 3.072, se encuentran en el organismo humano; y allí todos desempeñan su papel.

Cada uno de estos Hidrógenos agrupa un gran número de sustancias químicas conocidas por nosotros, ligadas unas a otras por alguna función relativa a nuestro organismo.

En otras palabras, no debe olvidarse que el término Hidrógeno tiene un sentido muy amplio.

HIDRÓGENO:

Cada elemento simple es un Hidrógeno de una cierta densidad; además cualquier combinación de elementos que posee una función determinada, ya sea en el universo o en el organismo humano, es también un Hidrógeno.

Tal definición de materias nos permite clasificarlas en el orden de su relación con la vida y con las funciones de nuestro organismo.

Comencemos con Hidrógeno 768.

Se define como alimento; en otras palabras, hidrógeno 768 comprende todas las sustancias que pueden servir de alimento al hombre.

Las sustancias que no pueden servirle de alimento, por ejemplo un trozo de madera, pertenecen a hidrógeno 1.536; un trozo de hierro a hidrógeno 3.072.

Por otro lado, una materia fina pero pobre en propiedades nutritivas, estará más cerca a Hidrógeno 384.

Hidrógeno 384 será definido como agua.

Hidrógeno 192 es el aire que respiramos.

Hidrógeno 96 está representado por gases enrarecidos que el hombre no puede respirar, pero que desempeñan un papel muy importante en su vida; además, ésta es la materia del magnetismo animal, de emanaciones del cuerpo humano, de rayos N, hormonas, vitaminas, etc.; en otras palabras, con hidrógeno 96 termina lo que se llama materia, o más bien, lo que nuestra física y química consideran como materia.

Hidrógeno 96 incluye también materias que son casi imperceptibles para nuestra química, o sólo perceptibles por sus rastros o por sus efectos — materias cuya existencia es presumida por algunos teóricos y negada por otros.

Los Hidrógenos 48, 24, 12 y 6 son materias desconocidas para nuestros físicos y químicos contemporáneos.

Éstas son las materias de nuestra vida psíquica y espiritual en sus diferentes grados.

Al estudiar la tabla de hidrógenos, se debe recordar siempre que cada hidrógeno comprende un inmenso número de sustancias diferentes todas conectadas entre sí por una sola y misma función en nuestro organismo, y que representan un grupo cósmico definido.

La ligera inexactitud, es decir, el carácter incompleto de la relación de octava, proviene del hecho de que la química ordinaria no toma en consideración todas las propiedades de una sustancia, particularmente sus propiedades cósmicas.

LA ALQUIMIA

La química de la cual hablamos aquí estudia la materia sobre una base diferente de la química ordinaria, y no solamente toma en cuenta sus propiedades químicas y físicas, sino también sus propiedades psíquicas y cósmicas.

Esta química o alquimia considera la materia antes que nada desde el punto de vista de sus funciones, las que determinan su sitio en el universo y su relación con las otras materias, y luego desde el punto de vista de su relación al hombre y a las funciones del hombre.

Se entiende por átomo de sustancia, la más pequeña cantidad de una sustancia dada que retiene todas sus propiedades químicas, cósmicas y psíquicas; en efecto, además, de sus propiedades cósmicas, toda sustancia posee también propiedades psíquicas, es decir, un cierto grado de inteligencia.

Por lo tanto, el concepto de átomo se puede aplicar no sólo a los elementos, sino también a todas las materias compuestas que tienen funciones precisas en el universo o en la vida del hombre.

Puede haber un átomo de agua, un átomo de aire (es decir de aire atmosférico apropiado para la respiración del hombre), un átomo de pan, un átomo de carne, y así sucesivamente.

En este caso, un átomo de agua será un décimo de un décimo de un milímetro cúbico de agua tomado a cierta temperatura por un termómetro especial.

Esta será una pequeñísima gota de agua que bajo ciertas condiciones puede ser percibida a simple vista.

Este átomo es la más pequeña cantidad de agua que retiene todas las propiedades del agua.

Si se prosigue esta división, algunas de estas propiedades desaparecen; en otros términos, ya no tenemos agua sino algo que se aproxima al estado gaseoso del agua, vapor, que químicamente no difiere en ninguna forma del agua en su estado líquido, pero posee funciones diferentes y por lo tanto propiedades cósmicas y psíquicas igualmente diferentes.

La tabla de hidrógenos hace posible el estudio de todas las sustancias que componen el organismo humano desde el punto de vista de su relación con los distintos planos del universo.

Además, como cada función del hombre es un resultado de la acción de sustancias definidas, y como cada sustancia está en relación con un plano definido del universo, este hecho nos permite establecer la relación que existe entre las funciones del hombre y los planos del universo.

Debo decir ahora que las tres octavas de radiación y la tabla de hidrógenos que se deriva de ellas, fueron un tropiezo para nosotros durante mucho tiempo; en cuanto al principio más esencial de la transición de las tríadas y de la estructura de la materia, no lo comprendí sino más tarde, y hablaré de ello en su debida oportunidad.

La tabla de hidrógenos me produjo una muy fuerte impresión, que más tarde se volvería aún más fuerte.

Frente a esta escalera levantada desde la tierra hasta el cielo, sentí algo muy análogo a las sensaciones del mundo que me llegaron hace varios años durante mis extraños experimentos que he descrito en “Un Nuevo Modelo del Universo”, gracias a los cuales había sentido tan fuertemente la interdependencia, la integridad y la "matematicalidad" de todo lo que existe en el mundo.

Esta exposición, con diferentes variantes, fue repetida muchas veces, ya sea asociada a una explicación del rayo de la creación, o asociada a una explicación de la ley de la octava.

Pero las primeras veces que la oí estaba lejos de reconocerle todo su valor, a pesar de la singular sensación que cada vez me producía.

Y sobre todo, no comprendía entonces que estas ideas son mucho más difíciles de asimilar y tienen un contenido mucho más profundo de lo que parece cuando se oye exponerlas por primera vez.

Ouspensky



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