jueves, 1 de octubre de 2015

EL BOSTEZO Y LA RISA

EL BOSTEZO Y LA RISA
Por: Ouspensky

En todo lo que había dicho sobre los acumuladores, Gurdjeff dijo algo muy interesante respecto al bostezo y la risa.

En nuestro organismo, dijo, hay dos funciones que siguen siendo incomprensibles e inexplicables desde el punto de vista científico, aunque naturalmente la ciencia no admite su incapacidad de explicarlas: éstas son el bostezo y la risa.
                                          
Ni el uno ni la otra pueden ser comprendidos o explicadas correctamente si se ignora todo lo de los acumuladores y de su papel en el organismo.

Ustedes habrán notado que bostezan cuando están cansados.

Esto es especialmente notorio en alpinismo cuando un hombre no acostumbrado escala una montaña: bosteza casi continuamente.

El bostezo tiene por efecto el bombear energía a los pequeños acumuladores.

Cuando se vacían demasiado rápidamente, en otros términos cuando uno de ellos no tiene tiempo de llenarse mientras el otro se está vaciando, el bostezo se hace casi continuo.

En ciertos casos de enfermedad, se puede producir un paro cardiaco, por ejemplo cuando un hombre quiere bostezar pero no puede; en otros casos al estar desarreglado el funcionamiento del bostezo, un hombre puede bostezar sin interrupción, sin provecho alguno, es decir sin poder sacar ninguna energía.

El estudio y la observación del bostezo, hechos desde este punto de vista, pueden revelar muchas cosas nuevas e interesantes.

La risa también está en relación directa con los acumuladores.

Pero la risa es la función opuesta al bostezo.

La risa no nos carga de energía, por el contrario la expulsa, nos extrae la energía superflua que se encuentra almacenada en los acumuladores.

La risa no existe para todos los centros, solamente para los centros divididos en dos mitades — positiva y negativa.

Todavía no he expuesto este tema en detalle; lo haré cuando lleguemos a un estudio más detallado de los centros.

Por el momento consideremos sólo al centro intelectual.

Ciertas impresiones pueden caer sobre las dos mitades del centro a un mismo tiempo, y suscitar de golpe un «sí» y un «no» bien marcados.

Tal simultaneidad del «sí» y del «no» provoca en el centro intelectual una especie de convulsión y, puesto que es incapaz de armonizar y de digerir estas dos impresiones opuestas que un solo hecho determina en él, el centro comienza a derramar hacia afuera, bajo la forma de risa, la energía que le afluye del acumulador con el cual se encuentra conectado.

En otros casos, sucede que el acumulador contiene mucho más energía que la que puede gastar el centro.

Entonces toda impresión, aun la más ordinaria, puede ser percibida como doble; puede caer simultáneamente sobre las dos mitades del centro y producir la risa, es decir un descarga de energía.

No les doy aquí, compréndanlo, sino un esbozo.

Recuerden solamente que el bostezo y la risa son ambos muy contagiosos.

Esto muestra que son esencialmente funciones de los centros instintivo y motor.

¿Por qué la risa es tan agradable? preguntó alguien.

—Porque la risa, respondió Gurdjeff, nos libera de una energía superflua que si se queda sin uso podría volverse negativa, es decir, tóxica.

Tenemos siempre una fuerte dosis de esta sustancia tóxica.

La risa es el antídoto.

Pero este antídoto es necesario sólo mientras seamos incapaces de emplear toda nuestra energía para un trabajo útil.

Se ha dicho que Cristo no rió jamás.

Y en efecto, no encontrarán en los Evangelios la menor alusión al hecho de que Cristo haya reído una sola vez.

Pero hay diferentes formas de no reír.

Algunos nunca ríen porque están completamente sumergidos en sus emociones negativas, su mezquindad, su miedo, su odio, sus sospechas.

MIENTRAS QUE OTROS NO RÍEN PORQUE NO PUEDEN TENER EMOCIONES NEGATIVAS.

Comprendan bien esto: en los centros superiores, la risa no puede existir, ya que, en los centros superiores, no hay división, no hay ni «si» ni «no»."

Ouspensky






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